jueves, 19 de febrero de 2009

Las Seis Propuestas de Calvino para el Siglo XXI



Por Jorge Martínez Mejía

"Mi fe en el futuro de la literatura consiste en saber que hay cosas que sólo la literatura, con sus medios específicos, puede dar."

I. Calvino


Al comenzar el Siglo XXI todas las ideas se agolpan procurando un protagonismo que sólo es posible entrever si se acompaña de evidencias tangibles. Es decir que un planteamiento sólo resiste la mirada fugaz si se acopla perfectamente a las necesidades discursivas de una fracción en el tiempo, de un momento específico de la época. En el caso de Ítalo Calvino, su trayectoria como escritor y el peso de su obra literaria hacen que sus planteamientos se sostengan con la misma intensidad de Jorge Luis Borges, Octavio Paz o Roland Barthes. Sus inquietudes y su lectura particular de la Postmodernidad lo convierten en uno de nuestros obligados hacedores y maestros.

En las Seis Propuestas para el próximo milenio, un texto clave en la actualidad literaria, Calvino nos muestra su poética y señala de manera prospectiva el derrotero de la literatura de cara al siglo XXI. El origen del texto es la invitación que le hiciera la Universidad de Harvard para participar en la cátedra “Charles Eliot Norton Poetry Lectures”, mediante seis conferencias. De manera que Italo Calvino cifra su atención en el libro como objeto que concentra el conocimiento, la capacidad imaginativa y expresiva de las lenguas de occidente, su expansión y experimentación expresiva, por lo que denomina al milenio anterior como “el milenio del libro”. Desafortunadamente, Calvino no pudo concluir las seis conferencias, puesto que falleció una semana antes del viaje a Harvard, legándonos cinco de las seis lecciones prometidas.

Calvino se propuso iluminar seis conceptos: Levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y consistencia.

Sobre La Levedad, reflexiona alrededor de su oficio como escritor, una trayectoria que abarca cuarenta años como productor de ficciones literarias. Observa que durante su proceso creador, una de las operaciones vitales consistió en quitarle peso a la figura; a la humana, a los cuerpos celestes y a las ciudades. Cuestiona la convención que ha colocado la levedad o la ligereza en un campo que se confunde con la falta de contenido esencial. La levedad no es falta de peso esencial, sino fluir natural. Cuando el mundo de lo humano se vuelve pesado, Calvino vuela hacia otro escenario con otros instrumentos para crear una realidad literaria más liviana, un mundo a la medida de su ideal fantástico.

En la conferencia sobre La Rapidez se refiere al tiempo narrativo indicando que puede ser inmóvil, retardador, o cíclico. Diferencia el tiempo de la ficción y el de la velocidad física. La velocidad de la ficción determina el goce estético de la obra; la velocidad física implica la idea de utilidad pragmática en cuanto “hacer algo rápido” puede ser beneficioso. No obstante, centra su interés en el valor de la diferencia que comunica la literatura. El autor debe tener conciencia de la diferencia de los tiempos en la narración para facilitar la percepción. En cuanto valor, la diferencia no debe atenuarse, sino expandirse. El manejo de la rapidez permite madurar la propuesta narrativa.

La Exactitud. Establece un procedimiento de construcción de la obra definiendo tres parámetros. A. El Diseño. B. Construcción de imágenes memorables. C. Un lenguaje preciso, con matices que expresen con nitidez el pensamiento y la imaginación. El trabajo del escritor es encontrar con el lenguaje una imagen precisa, un dispositivo de imaginación que despierte en el receptor la sensación buscada, con una extensión y un ritmo idóneo. Para Calvino, sólo el lenguaje nos permite acercarnos a las cosas, a lo que nos comunican en su esencia, en su forma irregular y complicada. Vale destacar su admiración por Mallarmé como un finísimo orfebre de la palabra.

La Visibilidad. En consonancia con su planteamiento de privilegiar la imagen, Calvino advierte el riesgo de sustitución de la imagen por caracteres alfabéticos abstractos del lenguaje. Concentra su atención en la relevancia de la imagen, en la facultad de la imaginación. Aconseja practicar la observación y el ejercicio de las facultades sensitivas, ampliar la memoria sensorial.

En la quinta conferencia, La Multiplicidad constituye una manera de representar las redes infinitas de intercomunicación en el mundo, refiriéndose a la literatura, a la obra literaria como método para alcanzar el conocimiento, para expresar el conocimiento contenido en el individuo. La literatura es la manera con que el hombre expresa lo que tiene, lo que sabe, lo que lleva. Estos contenidos pueden ordenarse mediante la literatura de diferentes maneras. La Multiplicidad son las distintas posibilidades con las que se puede relatar una misma experiencia.

Las conferencias concluyen con una esperanzadora posibilidad de darle voz a todo lo que sea posible. El autor dispone de todo el tiempo en la literatura para crear sus mundos, para darle voz a lo que permanece en silencio.

En la conferencia inconclusa, Calvino se referiría a la Consistencia. Tal vez a esa posibilidad de pervivir en el tiempo de que gozan las obras más perfectas de la literatura, las que contienen el ideal de lo bello que aún conservamos en occidente.