jueves, 22 de abril de 2010

MÁRTIRES

Nuestros hermanos y hermanas caídos, nuestros mártires, son el símbolo de la lucha revolucionaria. Ellos personifican la dialéctica de la transformación, la metáfora invertida del dolor. La imagen de su caída es la misma imagen de una patria levantándose. Porque en la lucha caer es levantarse... Son la imagen de la brevedad de la vida de la que habló Séneca; pavesa, ceniza venida del polvo al que vamos. Son el envés de la muerte, metáfora de una metamorfosis que se sostiene en nuestro sueño, en la esperanza. Nuestro homenaje no consiste en llorar sobre el promontorio de su sangre congregada, sino en continuar profundizando el cambio, construyendo el tropiezo del imperio. No moriremos en vano si caemos en el mismo camino, no es tanto por este momento que luchamos, es por una tierra que florece en el tiempo, pero aquí la construimos, a pedrada limpia, a versazo partido, con todo de lo que somos capaces, con nuestro secreto preciado: El Arte. De la guerra si es preciso.