lunes, 5 de abril de 2010

HABLARÉ IGUAL QUE SE ROMPE UNA ESMERALDA

Ilustración de Klauss Haapaniemi


POR JORGE MARTÍNEZ MEJÍA



I

Soy un dios de mármol y no intento volver a mi alma. Desde mi sombra hecha para los ciegos, en la absurda terraza hablaré igual que se rompe una esmeralda.

No sobreviviré a mi propia voz y opulento me perderé de pronto. Partí, y fui un caballo veloz desde mi nacimiento. El enorme sendero por el que una vez mi madre, mi pobre madre lejana me siguiera convertida en muchedumbre, me sirvió de epitafio, y nunca lo supe. Hubiera sido genial gritarle a mi hermana Vilma, decirle pedregosa y púrpura, mujer alzada desde la piedra; decirle a mi otra hermana, a Toña, te amaré desde la seda del cielo al que renuncié definitivamente por blasfemo.


II

Como un niño que traza por primera vez en el aire una raya oscura con la tiza blanca de Pepe Luis, trazo la palabra y suscribo estos paisajes bajo los árboles, embebido en un impalpable incienso, y yazgo con las manos abiertas, encerrado en esta ciudad en la que nadie jamás leerá mis versos. Y haré florecer enormes ramas para la vacuidad y los helechos. Todo lo haré para abismar y fermentar a la incorruptible turba. Ellos vendrán por su cuenta a desenterrar mis huesos.


III

Después las víboras sobre la hierba y el día del volcán, la luz voraz antes de la noche que no conoceremos. Después el viento contra el cerro antes del bisonte, antes de los árboles de piedra extendidos sobre la aurora. Después miles de obsidianas fluyendo al sur disueltas en el espejo negro del agua, convocadas por la mano que desolla al tapir, en unánime acuerdo con las hojas y los campos donde antes pastaran. Esta hubiera sido una historia.


IV

Como poeta hubiera construido las imágenes en suaves ondulaciones, la aurora como una hoja ebria por el sendero que concluye en mi lago. Nada es breve cuando calla. Es demasiado. Procuro sentir la bruma, la hierba y los árboles quietos antes del día. Me hubiera gustado verte antes de que dijeran tu nombre, sosegada bajo la lluvia. Me hubiera gustado verte antes de que te lastimaran o jamás haberte visto o jamás haberte visto lastimada. Me hubiera gustado verte antes. Antes de que te lastimaran o dijeran tu nombre.