martes, 26 de octubre de 2010

Darío Cálix: Una muestra del Grado Cero en la poesía hondureña

Imagen de Saudek Jan



Desde el suelo


La piedrita más pequeña
sirve de excusa
para caerse.

Y ni la rama más fuerte
sirve
para detenerse.

Abajo,
aquí abajo,
la tierra misma tiene depresiones.

Aquí,
la tristeza se siembra,
y la poesía florece
a falta de flores.


Prematuro


Embarazado de letras,
voy a parir un poema
prematuro,
que morirá,
seguramente,
por falta de tetas
que lo lean.


La ciudad


La ciudad está más gris
que de costumbre,
quizás por el invierno,
quizás sea el agua o el frío
o la mugre;
quizás sean sus habitantes.

La ciudad no es nadie,
no tiene la culpa.

La ciudad, esta ciudad,
la ciudad en la que usted está,
no es más que un simple escenario
en el que montamos
una mediocre obra
donde todos somos actores,
malos actores.
(Cada quien lee
como puede
su partecita del guión
y luego se va a dormir contento
en su casita de mentiras
y sueña,
si tiene suerte.)

La ciudad es un pequeño universo
con sus respectivas paredes negras
y sus hoyos
y sus vacíos
y sus llenos
y sus estrellas.

La ciudad es poema
de un solo verso.

La ciudad no es culpable.

La ciudad ni siquiera sabe
que es ciudad.
La ciudad es cosa de hombres.


¿Querés ver a Dios?



Cuando yo tenía seis o siete años,
alguien me preguntó si quería ver a Dios
y yo conteste que sí,
que tenía muchas ganas de verlo.
Pues esa persona
-que no recuerdo quién era-,
me agarró fuerte de las sienes
y me levantó.

Todo se tornó blanco a continuación.
Aquellas manos parecían dagas
que me perforaban el cráneo
y grité y lloré
de pánico y dolor.

Desde entonces comprendo
que Dios no existe
y se me quitaron para siempre
las ganas de verlo.


Lo último que el mundo quiere es poesía


El arte es una tontería
Rimbaud

Hay que ver que los poetas
son un tipo bien especial de persona.
¿A quién diablos se le va ocurrir
juntar palabras de esa manera?

Es que no tiene sentido.
La poesía no sirve para nada.

Un carpintero hace una silla
y ahí está:
es buena, es útil,
es una silla.

La gente se quiere sentar.

Un poeta hace un poema
y… ¿y qué?
Nada. Absolutamente nada.
De todas las cosas
que el mundo quiere y necesita,
poesía debe ser la última.


Maldita seas

Maldigo el día en que todas las palabras que callé
se rebalsaron finalmente por mi mano derecha
para desembocar en algún poema sucio
de dolencias de adolescencia.

Maldigo las miradas ambiguas de Claudia,
sus falditas azules siempre arriba de la rodilla
y su escote coqueto que nunca me dejaba ver nada.
(Cómo olvidar aquel primer poema que me arrebataste,
bruja sensual hacedora de poetas de cuarta.)

Maldigo el cáncer de Rubén.
Maldigo las drogadicciones de mis tíos.
Maldigo el suicidio de mi abuelo.
Y en fin, maldigo todas esas cosas
que de pequeño me jodieron.

Maldita y bendita sea la poesía
por aprovecharse de todo eso.



Porque sí

¨If you’re going to try,
go all the way.¨
Charles Bukowski


¿Por qué tenés que escribir un poema?
Porque tenés que escribir un poema.
Porque es lo único en lo que no das pena.
Porque es lo que te sale.

Tenés que hacer un poema
y quitarte de en medio.
 Dejar que lo fusilen
y que lo violen,
que lo golpeen
y que lo toquen.
Dejar que lo humillen.
Dejarlo que llore.

Te matás por hacer un poema
y todo para que lo deshagan.
Y luego sentís como si fuera a vos,
porque es a vos.
A vos es que te joden.
Entonces te das cuenta,
que te matás sólo para que te maten.
Te matás para que te maten,
a vos y a tus poemas.
Así es, así ha sido
y así será siempre.
No hay que tener miedo,
aunque el miedo te esté comiendo.
Tenés que escribir un poema.
Tenés que hacerlo.


Escribiéndole un poema a Laura


Parece que Laura va a llorar…
Lo sé, lo siento.
Soy un pendejo
y no puedo esconderlo.

Laura está llorando…
Y no sé que hacer,
así que lloro también.

¡Y nunca me escribiste un miserable poema!,
me dice Laura,
con el último
de sus rencores.

Aquí estoy entonces,
para hacerla sentir bien,
para que ya no llore:

Querida Laura,
tus ojos de agua
se han secado
y ahora son desiertos
en los que ni siquiera un cactus
podría aparecer.

Laura querida,
extrañaré muchísimo tus tetas
y esa mano tuya
que siempre supo
cuándo, cómo y dónde.

Oh Laura, alguna vez te amé y mucho,
pero supongo que ya se me pasó.
Eres bonita y muy inteligente,
seguro encuentras algo mejor.
Se despide de ti,
preferiblemente para siempre,
este mal hombre y peor escritor,
al que nunca le dio por escribirte algo
hasta que te vio llorando.

Adiós.

Eso

Para B.

En el lecho del mar
o en el mar de tu pecho
ha de estar,
puro y virginal,
eso que no sé qué es
ni por qué o para qué lo quiero;
eso, que no por desconocer
me es extraño,
y que aun sin ser
sigue siendo;
eso que inventé como excusa
para escribirte esto.



No poesía

that's what they want:
a God damned show,
a lit billboard
in the middle of hell.
Charles Bukowski




Quieren un carnaval.
Quieren fuego, luces,
hadas, duendes,
pantomima,
magia,
metafísica,
mística,
mitos, ritos,
dioses, cruces,
muerte,
misterio.

Palabrería es lo que quieren.

Quieren un maldito acertijo
para sentirse inteligentes mientras lo resuelven.